La existencia de los cuidados es tan antigua como la vida misma, infinidad de especies llevan a cabo actividades recíprocas que tienen como finalidad el mantenimiento de la vida y la lucha contra la enfermedad. Estas actividades han evolucionado durante la historia de la humanidad, ya que se han basado en las creencias de cada momento y en el conocimiento acumulado y transmitido por generaciones.
La Real Academia Española en su Diccionario de la Lengua Española recoge varias acepciones de la palabra “cuidar”. Que este término proceda del latín “cogitāre” (pensar) nos puede parecer curioso, pero nos indica que esas actividades (cuidados), usando algunas de las acepciones dadas, debían ser pensadas, discurridas de forma diligente con el objeto de obtener el mejor resultado deseable. Esto mismo sirve de fundamento a la Enfermería Basada en la Evidencia (EBE), que pretende que la última evidencia científica disponible sea aplicada a las acciones y a los cuidados que la enfermería realiza a diario.
Documentos como las Guías de Práctica Clínica (GPC) son una fuente importante de conocimiento actualizado y accesible para todos los profesionales, con independencia de sus conocimientos sobre metodología científica. Las GPC recogen un nutrido conjunto de recomendaciones sustentadas en las últimas evidencias existentes en la materia, brindando al profesional una valiosa fuente de conocimiento aplicable a la práctica enfermera. Existen multitud de repositorios en internet que pueden resultar muy útiles a la hora de buscar estos documentos ya que, además de indexarlos e incorporar motores y filtros de búsqueda, ofrecen su descarga de forma fácil y gratuita.
La claridad de las recomendaciones recogidas en las GPC sobre úlceras por presión disponibles será una herramienta muy valiosa en la toma de decisiones, disminuyendo la variabilidad clínica, mejorando la atención ofrecida por los profesionales sanitarios a pacientes con este tipo de lesiones.
Los cuidados a los pacientes con úlceras por presión se suelen clasificar en dos grandes grupos: cuidados enfocados a la prevención y cuidados enfocados al tratamiento.
Cuidados para la prevención
La valoración del riesgo de aparición de úlceras por presión debe ser realizada de forma temprana a todos los pacientes y se deberá repetir en intervalos periódicos o cuando las circunstancias del paciente así lo requieran.
Se realizará utilizando escalas validadas para las circunstancias concretas del paciente valorado (BRADEN, EMINA, NSRAS).
El control de los factores de riesgo intrínsecos y extrínsecos es esencial para una prevención efectiva.
Captura de la GPC para el cuidado de personas con úlceras por presión o riesgo de padecerlas de la Generalitat Valenciana.
Mediante la educación sanitaria se brindan los conocimientos y habilidades a pacientes y/o familiares o cuidadores para la prevención de las úlceras por presión.
Cuidados para el tratamiento
Es primordial llevar a cabo una valoración integral tanto de las circunstancias de la persona, de la persona en sí y del estado de la lesión. La información que se obtendrá en esta fase será de especial importancia para poder elaborar una buena planificación del tratamiento.
Los cuidados de la lesión precisan de una metodología concreta apoyada en el concepto de Preparación del Lecho de la Herida (PLH) (Falanga, 2000) y que debe servirse de una metodología de abordaje de la lesión que permita tratarla de forma completa y correcta. El concepto TIME (EWMA, 2004) y posteriormente, y todavía en estudio, el acrónimo DOMINATE (Gale, 2014) son herramientas que favorecen un abordaje correcto de la lesión.
Los cuidados preventivos también deben estar presentes en la fase de tratamiento. El manejo de la presión mediante cambios posturales o mediante el uso de superficies especiales para el manejo de la presión (SEMP) deben acompañar al paciente durante todo su proceso y mientras sus circunstancias los aconsejen. El control de la hidratación y de la nutrición del paciente requerirá especial atención durante todo el proceso, tanto a nivel preventivo como de tratamiento.
El manejo del dolor adquiere una especial importancia en este tipo de pacientes. El largo proceso de cicatrización y curación que pueden llegar a presentar este tipo de pacientes y las características de estas lesiones hacen que el tratamiento y prevención del dolor sean una de las mayores prioridades del personal sanitario.
Cuidados para la prevención y el tratamiento en pediatría
Existen GPC que ofrecen información sobre cuidados específicos en la población pediátrica que sufre este tipo de lesiones (pueden consultar el capítulo IV de la GPC de la Generalitat Valenciana.) Es importante señalar que la población pediátrica precisa cuidados especiales que no siempre se corresponden con los recomendados en la población adulta. Con el objeto de reunir toda la información disponible en este tema se creó en 2012 un recurso web muy valioso y a tener en cuenta a la hora de buscar información de calidad sobre úlceras por presión en pediatría. Aquí os dejo el enlace.
Monitorización y registro
La monitorización del proceso de cicatrización permite al profesional conocer la evolución de las lesiones; y es una acción que, aunque no está ampliamente adoptada por los profesionales sanitarios, ha demostrado resultar muy útil para la evaluación de los efectos de las acciones terapéuticas aplicadas. El proceso de monitorización de la cicatrización se basa en la medición de múltiples variables, muchas de ellas difícilmente objetivables, y del control de su evolución (Restrepo-Verdú 2011). Para ello, el profesional debe usar instrumentos de medida que hayan sido validados para ser usados en la monitorización de los diferentes tipos de lesiones a tratar.
Toda esta información recogida sobre valoración, diagnóstico, tratamiento y monitorización debe ser registrada de forma meticulosa y ordenada por el personal sanitario. El registro informático incorporado en la Historia de Salud Digital ha conseguido mejorar la claridad y la accesibilidad de la información, añadiendo seguridad y calidad al proceso de atención al paciente con heridas.
La inclusión de un archivo fotográfico de las lesiones en estos registros, aunque los profesionales que lo realicen precisen una formación específica para llevarlos a cabo de forma estandarizada, ha demostrado aportar precisión en la monitorización y en el seguimiento de las lesiones, facilitando así la continuidad asistencial (Murphy Jr. et al, 2006).
La metodología que sigamos a la hora de planificar los cuidados de enfermería a los pacientes con úlceras por presión va a ser clave en la obtención de los resultados deseados. Para ello tenemos a nuestra disposición las mejores recomendaciones en las GPC, de nosotros depende la mejora en nuestra práctica clínica, las herramientas las tenemos a mano.
Bibliografía:
Falanga V. Classifications for wound bed preparation and stimulation of chronic wounds. Wound Repair Regen. 2000; 8(5):347-52.
European Wound Management Association (EWMA). Position Document: Wound Bed Preparation in Practice. London: MEP Ltd; 2004.
Gale SS, Lurie F, Treadwell T, Vazquez JA, Carman T, Partsch H, et al. DOMINATE wounds. Wounds. 2014; 26(1):1-12.
Restrepo-Medrano Juan Carlos, Verdú José. Medida de la cicatrización en úlceras por presión: ¿Con qué contamos?. Gerokomos [Internet]. 2011 Mar [citado 2017 Jul 25] ; 22( 1 ): 35-42. Disponible aquí.
Murphy Jr, R. X., Bain, M. A., Wasser, T. E., Wilson, E., & Okunski, W. J. (2006). The reliability of digital imaging in the remote assessment of wounds: defining a standard. Annals of plastic surgery, 56(4), 431-436.